Preparación de la llegada del cachorro

Autor: MundoSchanuzer.com

Preparación previa

Se deben comprar, previamente, todos los accesorios que se vayan a necesitar desde el momento de la llegada del cachorro a nuestra casa:

  • Transportín y acolchado interior.
  • Jaula para dormir: si no se va a utilizar el transportín a tal efecto.
  • Comedero y bebedero: preferiblemente de acero inoxidable.
  • Manta.
  • Juguetes (pelota, cuerda con nudos, kong, muñecos de plástico duro, huesos de nylon). Se debe tener especial cuidado en comprar juguetes adecuados, que no se rompan con facilidad y no tengan relleno que el cachorro pueda tragar, intoxicándose o asfixiándose.
  • Utensilios para el cuidado del pelo. Dependiendo de si tenemos pensado mantenerle el pelo nosotros mismos, del tipo de mantenimiento que se le vaya a hacer (trimming/stripping o rasurado a máquina), o llevarle a una peluquería canina, necesitaremos más o menos accesorios. Como mínimo deberemos tener un peine o una carda y un cepillo, que deberemos utilizar con frecuencia para conservar al animal lo más limpio posible y ayudar a la rotación del pelo muerto.
  • Recipiente para sus micciones y defecaciones, en el que pondremos papel de periódico para que absorba el líquido.
  • Útiles de aseo: champú adecuado para el tipo de pelo de nuestro cachorro (no es recomendable bañar al cachorro hasta cumplir seis meses de edad y nunca antes de haber cumplido su calendario de vacunaciones, mientras tanto se le puede limpiar utilizando toallitas limpiadoras sin alcohol), juego de toallas propio, accesorios para la higiene dental (cepillo y dentífrico especial para perros o huesos, de nylon o comestibles, anti-sarro).

Otra serie de utensilios como la correa, el collar o el arnés, no corren tanta prisa, puesto que el cachorro no podrá salir a la calle todavía. Aunque tampoco se debe retrasar mucho su compra, ya que habrá que ir acostumbrándole a llevarlo puesto antes de su primer paseo.

También se deben guardar, lejos del alcance del cachorro, aquellos objetos que sean potencialmente peligrosos para su salud (productos de limpieza, medicamentos, objetos de reducido tamaño que pueda tragar, ropa, etc.) o que temamos pueda romper o deteriorar (objetos delicados, documentos, etc.).

Contacto con la familia

Cada miembro de la familia debe jugar un rato con él, para que se vaya familiarizando con su olor. Debe hacerse uno por uno, para no estresar innecesariamente al cachorro. Debe relacionarse y jugar con los niños, pero se debe vigilar que no le atosiguen demasiado. También se le debe poner en contacto con otros animales con los que vaya a convivir en la vivienda.

En estos primeros momentos habrá que colmarle de caricias y palabras de consuelo, para que se vaya acostumbrando a su nueva situación, lejos de su madre y hermanos y tratando con unos seres humanos diferentes de lo que había hecho hasta el momento.

Hay que darle tiempo para explorar su nueva casa. Se le puede dejar explorar sólo, a su aire, pero continuamente vigilado. Ya se le debe prohibir, desde el primer momento, aquello que no se quiere que haga en el futuro (subir a los sofás, subir a la cama, morder muebles o plantas, etc.). Si se le deja hacerlo ahora, luego costará más quitarle la costumbre.

Primera visita al veterinario

También es recomendable llevarle rápidamente a la primera revisión veterinaria, para que le haga una primera observación externa que descarte posibles problemas y nos marque un calendario de desparasitación y vacunación.

El veterinario también puede complementar los consejos para el cuidado del cachorro que nos haya dado el criador.

La elección del veterinario se debe basar en dos criterios:

  • Cercanía. La cercanía del veterinario es importante, sobre todo en caso de urgencia, ya que media hora puede suponer una gran diferencia, la que hay entre salvar a nuestro animal o perderle para siempre.
  • Confianza. Aunque evidente, no es menos importante. Debemos sentirnos a gusto con nuestro veterinario. Si no nos transmite confianza, es mejor cambiar de profesional.

La comida del cachorro

Respecto a la comida, es preferible dar el mismo pienso que estaba comiendo el cachorro hasta el momento de la recogida, ya que en caso contrario puede sufrir algún desarreglo digestivo que acabe en diarrea. El criador nos puede dar un poco del pienso que le suministraba, para que podamos darle de comer hasta conseguir que compremos nuestro propio pienso de la misma marca. Si se quisiera cambiar de marca, el cambio debe hacerse de manera gradual, mezclando ambos piensos. En un principio, la mayoría del pienso debe ser del tipo anterior e ir cambiando la proporción, poco a poco, en cada comida, hasta sustituirlo totalmente.

Es, también, interesante tener galletas o golosinas para perros, para darles como premio en la sesiones de adiestramiento. Lo que se debe controlar es la cantidad de golosinas que se le da al cachorro, para reducir adecuadamente la ración de pienso y no provocar que aumente de peso por exceso de alimentación.