A finales del año pasado me registré en este foro con el ánimo de encontrar una pareja para nuestro Schnauzer, llegué a escribir un par de mensajes. Finalmente encontramos una Schnauzer de unos 10 años en una protectora y, entendiendo la situación que tenia que afrontar la pobre, que seguramente nadie la querría, decidimos adoptarla.
Al recogerla nos dijeron que la habian operado de un tumor benigno en la mama y que tenia una infección en la boca, por lo que le tuvieron que quitar algun diente. Según la protectora, la encontraron atada a un palo (o un árbol) en Mataró, abandonada...
Pues escribo para deciros que ya nos ha dejado y que no sabemos qué hacer. La fuimos a recoger el 11 de diciembre del año pasado, y durante estos meses cada vez se fue creando más vínculo entre todos... esta perrita era increible. Era muy noble, muy buena, siempre iba detrás nuestro, cuando nos veia mal o preocupados no se separaba de nosotros... hizo un cambio fantástico. Al recogerla andaba un poco de lado y tenia un costado más hinchado que el otro (los veterinarios nos dijeron que debia ser cosa de la edad...) y con el tiempo acabó andando bien, se le quitó la hinchazón, corria, jugaba... parecia un cachorro! Siempre queria estar con nosotros, ya os digo que el vínculo que se creó fue precioso.
Hace cosa de un mes o dos empezó a sufrir síncopes... empezaba a toser y temblar y se caia al suelo. No entendiamos qué pasaba, fuimos a un veterinario (que no es el habitual nuestro), le hizo UNA radiografia, dijo que tenia el corazón muy grande, le dijimos que respiraba raro (apretando la barriga) y con un ritmo muy rápido y nos dijo al preguntarle por la barriga, mirando la radiografía (palabras textuales) "es que claro, aquí hay muchas cosas". Le recetó unas pastillas para el corazón y "volved en 15 días". Dana siguió sufriendo síncopes, empezó a tener diarrea líquida con sangre, y otro veterinario le hizo análisis de sangre, detectó una infección muy grande pero no sabia donde la tenia. Le recetó un jarabe para la barriga y se le curó la diarrea. En la primera radiografia que nos hicieron el segundo veterinario vio que tenia la tráquea más elevada de lo normal, algo le apretaba... Su respiración siguió siendo exagerada, y aun y nuestra insistencia al veterinario sobre nuestra preocupación de que tenia algo que nadie miraba sobre su respiración, al final nos dijo que fuesemos a hacerle radiografias a otro sitio porque él no podía, no disponía de máquina para hacerlas.
Otro veterinario le tocó la barriga y al momento sospechó de lo que era. Le hizo TRES radiografias (una de cada costado y otra desde abajo, creo) y una eco. El resultado no pudo ser más malo: Dana tenía dos tumores, uno en el bazo y otro en un pulmón. Nos recomendó darle la mejor vida posible, permitirle caprichitos y... a esperar.
Durante un par de semanas dejó de sufrir síncopes y parecía que estaba mejor, pero... empezó a cansarse cada vez más al ir a pasear. Cada día que pasaba teniamos que reducir el recorrido de paseo hasta un punto en el que prácticamente no pasábamos ni 50 metros de casa, la pobre no podia casi andar. Mientras, seguía jugando con su pelota y su perrito de peluche, seguía detrás nuestro para todo y, si mi mujer y yo teníamos que irnos, mi madre nos explicaba que todo el rato que estábamos fuera se lo pasaba tumbada en su camita hasta que llegábamos, o se iba a nuestra habitación.
Hace tal vez dos semanas y algo empezaron a darle otra vez síncopes, pero distintos... un día se puso delante mio a mirarme y, de golpe, sin tos ni nada... cayó redonda al suelo y se hizo pipí. Llamé a mi madre y a mi mujer y no conseguíamos despertarla, pensé que había muerto... os juro que no se me olvidará nunca: en cuanto mi mujer la cogió en brazos, Dana empezó a dar señales de vida otra vez. Pero eso ya me marcó hasta el final... al día siguiente, por la mañana, la escuchamos quejarse, nos levantamos al momento y se hizo diarrea con sangre en la camita con otro síncope, eso marcó también a mi mujer, eso nos dijo que su final estaba cerca.
Imaginad estar así durante tanto tiempo: síncopes repentinos, respirar fuerte, no saber qué era, al saber lo que era, ver que no tenia solución... fue una pesadilla convertida a veces en un dulce sueño gracias a que Dana, incluso estando enferma como estaba, nunca nos falló: siempre quiso jugar, siempre quiso estar con nosotros...
Hace unos 5 días su estado empeoró estrepitosamente. dejó de comer, sólo bebia agua, y ya era necesario llevarla en brazos casi a todas partes. Le temblaba la cabecita y si estaba mucho rato de pie, se mareaba. Pues incluso en ese estado, tuvimos que ir mi mujer y yo a hacer la compra, se quedó con mi madre y, al regresar, sacó fuerzas para levantarse y venir a saludarnos. Dana era así...
Hace 4 días la situación ya era muy mala. El veterinario nos comentó ya la posibilidad de eutanasiarla pero nos negábamos rotundamente, no por nosotros... es que nos parecia injusto quitarle la vida... de verdad, sufria, pero a la vez veiamos que quería estar con nosotros... aunque poco nos duró la negativa al ver su sufrimiento. Hablé con el veterinario, nos dijo que se la llevásemos y, al ver nuestra negativa a eutanasiarla, nos propuso ponerle cortisona para ver si mejoraba algo. Ese fue nuestro último día con ella. Le puso cortisona y pasamos toda la tarde juntos, no nos separamos de ella para nada más que no fuese lo necesario. Tumbadita en el sofá jugó con su ratita de peluche y ponia su cabecita encima de la pierna de mi mujer... Tal era nuestra intención de querer ayudarla a sentirse bien que incluso le pusimos música y notamos que por ejemplo Blackbird de los Beatles le gustaba, se le notaba. Por la noche, antes de ir a cenar, le entró un arranque y se puso a andar por el salón, se la veia realmente bien y, entonces... empezó a vomitar con una fuerza brutal, echando comida entera que había comido hacia incluso tres o cuatro días. No habia digerido NADA. Con todo el dolor del mundo entendimos que "era necesario" eutanasiarla, pero veiamos que con la cortisona se le pasaba el dolor, hasta que esa noche hizo un par de amagos de falta de aire muy fuertes. Era absurdo ponerle cortisona, el del pulmón cada vez la dejaba respirar menos e iba a morir asfixiada. Esa misma mañana la llevamos al veterinario, no sin antes jugar con ella en el coche en el trayecto... la subimos a la mesita y ella miraba de un lado a otro como con un "¿qué vamos a hacer ahora?" no podiamos evitar llorar como tres críos... la sentamos, apoyó su cabecita en la mano de mi mujer y casi al momento de empezar a entrar el líquido ya se quedó dormidita. Recuerdo el amargor, la desesperación de ver ese líquido entrando, las ganas de gritar "¡detente!" al ver que nuestra Dana se iba para siempre. Fue, ha sido... horroroso.
Han sido siete meses, pero han sido tan intensos... ella ha sido tan buena... tan noble... sólo le faltaba hablar... entendimos que no dejó de comer para dejarse morir, ¡dejó de comer porque su estómago estaba mal! Ella quería estar con nosotros, y tenemos un sentimiento de culpa enorme por ir a que se la llevasen antes de tiempo pero... ¡mucho peor hubiese sido que muriese ahogada! Se que hemos hecho lo correcto, pero a veces pienso "¿y si su voluntad era estar con nosotros hasta el final?" Nuestra veterinaria nos dijo que cuando estan muy mal se dejan morir, pero ella NUNCA hizo tal intento, incluso en el peor de su estado. Siempre sacó energía para atrapar la ratita, aunque fuese sentada y estirando el cuello para atraparla con la boca, mirándonos con esa carita tan preciosa que tenia...
Estamos fatal, fue el 19 y hoy seguimos sin ganas de hacer absolutamente nada. Allá donde miro la veo, no entiendo los espacios vacíos donde solia tener su camita, cuando viene Jopi, nuestro otro Schnauzer, espero a que llegue ella. Al ir a pasear a Jopi busco a Dana hasta que me doy cuenta de que ya no está. Esto es una pesadilla, porque además todos somos muy sensibles y amamos a los animales.
Os agradeceríamos mucho algunas palabras, que nos compartieseis experiencias, maneras para ayudar a pasar un momento así, porque la verdad es que no sabemos como actuar, como pensar, qué hacer. Además yo ya viví la pérdida de mi padre también por un cancer, y todo esto me trae muchos, demasiados recuerdos. Claro que lo pasé mucho peor con lo de mi padre, pero mi sensibilidad está también más afectada por eso, y vuelven de nuevo preguntas a mi mente como las que ya me hice: ¿por qué? Dana era la perrita más buena que he visto nunca, su final, con dos de los peores tumores que pueden haber, según nos han dicho, ese sufrimiento prolongado durante días... ¿por qué? estoy cabreado, enfadado, irritado, desganado... recuerdo todas estas sensaciones, pero sigo sin encontrar respuestas.
Gracias a los que me habéis leido. Os dejamos con una foto para que comparéis como cambió, la de la izquierda es la primera foto que pusieron los de la protectora en su web. La segunda es de cuando estaba con nosotros. Estamos por imprimirla y enmarcarla, está preciosa...